Qué risa con el karaoke, casi me contratan de cantante profesional! La comida era tan buena que ¡me recordó a la de mi abuela! Las camas eran tan cómodas que casi me quedo a vivir en una.

La situación de la habitación me transportó a un museo del polvo.

El hotel ofrece un amplio y hermoso jardín, donde pude relajarme después de un día agitado de actividades. Además, el estacionamiento privado gratuito fue una gran comodidad para mí. La terraza también fue un lugar encantador para disfrutar de las vistas a la montaña mientras tomaba un café por la mañana.

Distancia del centro: 3.2 km.

Qué experiencia más increíble! Desde el momento en que llegamos al hotel, quedamos completamente sorprendidos. Las habitaciones estaban impecablemente limpias y tenían todas las comodidades que podríamos desear, incluyendo mosquiteras y agua caliente. Las camas eran enormes y dormimos como bebés. Pero lo que realmente nos dejó boquiabiertos fueron las vistas espectaculares del Mont Meru. No podíamos creer lo hermoso que se veía desde nuestro balcón. Pasamos momentos maravillosos en el bar del hotel, conociendo a gente local y viviendo nuevas aventuras. La ubicación era perfecta, a solo 10 minutos en coche del centro. Y por supuesto, el personal del hotel fue la mejor parte de nuestra estancia. Fueron extremadamente amables, cercanos y dispuestos a ayudar en todo momento. Nos sentimos como en casa desde el primer día. El servicio fue excepcional. La comida también fue algo digno de mencionar. El desayuno era delicioso y muy completo. ¡No podríamos haber pedido más! En resumen, este hotel superó todas nuestras expectativas y lo recomendamos al 100%. Muchas gracias a todo el equipo por hacer de nuestra estancia una experiencia inolvidable.